martes, 14 de julio de 2009

Olvido

Una mentira encubierta en un silencio, en un “no sé”. Un derecho que es pisoteado, y que en realidad nunca valió nada. Me pregunto por qué… por qué el silencio. Ultraje.
Angustia, desilusión y algo de ansiedad por caer y darme cuenta que todo fue un gran engaño. Y la ingenuidad de creer que un pacto de palabra puede ser respetado, comprendido sin los grises inventados por el ventajista; y sobre todo nunca olvidado.
Pero la historia me dice que el olvido es la pereza de la mente, y que a veces el olvido puede jugar a favor del que no quiere hacerse responsable de sus actos. Un olvido en silencio que a su vez es mentira. Yo no quiero eso, yo no voy a callar. Y aunque me duela, es la verdad lo que hoy quiero.
Voy a rearmar la ilusión para intentar confiar nuevamente.

lunes, 6 de julio de 2009

Volver a empezar



Me siento y las horas pasan sin que pueda darme cuenta. De repente, y sin permiso alguno, numerosas imágenes me invaden la conciencia. Imágenes grotescas, imágenes deseables, imágenes perversas, imágenes difíciles de dejar de mirar. Todo está pasando ahora, no hay un antes y no hay un después, sólo mis ojos cansados me avisan que ya es tiempo de dejar de mirar. ¿Por qué es tan difícil dejar de mirar?

Esas imágenes en primer plano dejan mi cuerpo en un segundo lugar. Los sabores, los aromas, el calor, todas las sensaciones se anulan menos esas imágenes unidimensionales que pretender ser espejos… Que reflejos más vulgares, me aburren, pero sin embargo los sigo mirando. ¿Por qué es tan difícil dejar de mirar?

Me sorprendo cuando al dejar de mirar empiezo a observar. Es la profundidad, la distancia, es la perspectiva, es todo aquello que mi percepción reúne cuando observo más allá de esos reflejos que me ciegan. Entonces puedo ver más allá y puedo sorprenderme una vez más con las cosas que me recuerdan lo que es desear; lo que es volver a empezar.



viernes, 3 de julio de 2009

Sos el Amo de la casa

Pero por qué estás ahí tirado? Ya no tenés ganas de vivir? Que triste pareces a veces...

Debes en cuando soñas, lo sé porque cuando dormís yo te observo. Me acuerdo cuando éramos más chicos que vos jugabas más conmigo, y no soñabas tanto. Pero ahora sos el viejo de la casa y te gusta dormir casi todo el día, ya ni salís... Reconozco que cuando me invitas a salir yo tampoco quiero. Es que es difícil salir con vos, ya no escuchas muy bien y ves menos. Y yo estoy en otra y no me doy cuenta que tan importante es para vos que yo te acompañe.

A veces me pregunto si a vos también se te ocurren cosas, así como cuando yo escribo esto y te pienso ¿A vos, se te ocurre algo sobre mí? Debes en cuando me despierto y veo que me estás mirando. Qué estarás pensando ahí parado, viéndome dormir… Me da un poco de risa porque hasta hace poco yo no sabía que hacías eso.

Que mundo extraño el de la fantasía, algunas de ellas me engañan y me hacen creer que a vos se te pueden ocurrir las mismas cosas que a mí.